Busscar se levantó de un incendio de la mano con sus trabajadores

Busscar se levantó de un incendio de la mano con sus trabajadores

19 de Mayo de 2020. Guardado en Lo último de Busscar

Como la más preciada joya, Roberto Gálvez Montealegre guarda la carta en la que sus empleados, a finales del 2013

Le informaron que renunciaban a su prima de diciembre de ese año para que él pudiera comprar materia prima y no suspendiera la producción de la fábrica. Un día antes, cuando Busscar de Colombia estaba en uno de sus mejores momentos, un incendio acabó con 11 millones de dólares en plásticos, espumas y otros insumos necesarios para la fabricación de carrocerías.

Evidentemente, con los recursos donados por sus colaboradores, como Gálvez prefiere llamarlos, no se recuperó todo lo perdido, pero le confirmó a este empresario risaraldense que el activo más importante de cualquier empresa son sus trabajadores. 

 

“Ese día supimos de qué estábamos hechos”, afirmó con orgullo Gálvez, quien con la ayuda de sus empleados logró, literalmente, resurgir de las cenizas, y tener un 2014, 2015 y 2016 con buenos resultados y posicionar a Busscar de Colombia como la fábrica de carrocerías más importante del país. 

 

El origen de esta empresa está en un taller que Gálvez y Rodrigo Giraldo crearon en 1995 en el llamado Municipio Industrial de Risaralda, Dosquebradas. En una pequeña bodega, nueve empleados reparaban buses colisionados. 

 

Tras unos años de operación, los empresarios pensaron que tendrían más éxito fabricando carrocerías de buses que reparándolas ya que el transporte es un servicio público esencial que debe garantizar el Estado. Hacia el 2001, Carrocerías de Occidente ya era la segunda empresa de su tipo más grande del país.

Meses antes de ese posicionamiento, en Bogotá nacía TransMilenio, el primer sistema de transporte masivo del país. Gálvez se propuso convertirse en el proveedor de los buses del naciente sistema. Pero para llegar a las ‘grandes ligas’ de la fabricación de buses debía tener un socio estratégico de peso y encontró a Busscar Onibus, en Brasil, que era el segundo fabricante de buses de ese tipo en el mundo. 

 

Los brasileños vinieron a Pereira a conocer Carrocerías de Occidente y decidieron asociarse con Gálvez para producir los buses que necesitaba TransMilenio y otra clase de carrocerías. En esa misma visita los brasileños decidieron comprar una planta en el sector de Cerritos, para ubicar a Busscar de Colombia. 

 


Después de TransMilenio llegaron los otros cinco sistemas de transporte masivo del país y Busscar de Colombia se ha ganado la mayoría de las licitaciones para proveer sus buses articulados y buses alimentadores. El 52 por ciento de los buses de TransMilenio son ‘made in’ Pereira, en Bucaramanga el 45 por ciento; en Barranquilla, Cartagena y Pereira el 100 por ciento, en Cali el 17 por ciento. En Medellín tiene la mayoría de los buses complementarios al Metro. 

  

“Hoy en día somos los principales proveedores de buses para el mercado nacional y desde el 2010 hemos producido más de 7.000 vehículos para Colombia y otros países latinoamericanos”, señaló el empresario.


Este 2020 pintaba como otro año bueno para el principal fabricante de carrocerías de los buses de los seis sistemas de transporte masivo del país, ya que un año antes había sacado al mercado el primer bus biarticulado de 260 pasajeros, con un chasís Scania a gas Euro VI del mundo. Además, el 28 de diciembre de 2019 lanzaron un bus eléctrico en alianza con un fabricante chino y exportan buses articulados a México. 

 

Pero la pandemia se les atravesó y los hizo frenar. Debieron cerrar su planta, ubicada en el sector de Cerritos, en el suroccidente de Pereira. Sin embargo, Gálvez es optimista y cuenta que su empresa hace parte de los sectores que ya pudieron retomar operaciones.


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